Como acompañar a quien sufre una pérdida
En nuestra Tienda de Condolencias no sólo queremos agradecerte por tu compra, también queremos entregarte las herramientas necesarias para ser un gran apoyo a quien hoy sufre una pérdida. Con pequeños gestos y un corazón dispuesto, puedes ser un gran apoyo.
Te dejamos algunos consejos que pueden ayudarte a estar ahí de la mejor manera:
ESCUCHA CON EL CORAZÓN
A veces, quien sufre una pérdida sólo necesita expresar lo que siente, sin interrupciones ni juicios.
Tu atención es muy valiosa.
VALIDA SUS EMOCIONES
En momentos como estos, frases como “Lo que sientes es completamente válido” puede reconfortar más que intentar dar explicaciones o consejos.
OFRECE AYUDA CONCRETA
El dolor muchas veces inmoviliza las labores del día a día. Ofrece realizar alguna compra, trámite importante o cocinar algo rico para aliviar la carga de quien quieres.
MANTENTE CERCA Y SUGIERE AYUDA SI ES NECESARIO
Acompañar en el duelo significa estar presente también semanas o meses después de la pérdida. Y si percibes que su dolor lo/a supera, sugiere, desde el cariño, buscar apoyo profesional. Puede ser un paso muy importante.
También te dejamos algunas frases de apoyo que pueden ayudarte a seguir acompañando a tus seres queridos en su proceso de duelo, cuando a veces es complicado expresar lo que sentimos
- No hay palabras suficientes para consolarte, pero hay abrazos, silencios compartidos, y mi mano siempre extendida para ti.
- Permíteme acompañarte en este momento de tristeza, ofreciendo mi hombro y mi corazón para lo que necesites.
- Aunque no pueda aliviar tu dolor, mi deseo es que sientas mi apoyo constante y mi disposición a caminar contigo en esta tristeza.
- Tu tristeza es también la mía; no estás solo/a en este camino. Juntos podemos atravesar la oscuridad y encontrar, en el recuerdo, un rayo de luz.

Oración San Alberto Hurtado
Padre Alberto Hurtado
Apóstol de Jesucristo,
servidor de los pobres,
amigo de los niños
y maestro de juventudes,
bendecimos a nuestro Dios
por tu paso entre nosotros. Tú supiste amar y servir.
Tú fuiste profeta de la justicia
y refugio de los más desamparados.
Tú construiste con amor
un hogar para acoger a Cristo.
Como un verdadero padre,
tú nos llamas a vivir la fe
comprometida, consecuente y solidaria.
Tú nos guías con entusiasmo
en el seguimiento del Maestro.
Tú nos conduces al Salvador
que nuestro mundo necesita.
Haznos vivir siempre contentos
aun en medio de las dificultades.
Haz que sepamos vencer el egoísmo
y entregar nuestra vida a los hermanos.
Padre Hurtado,
Hijo de María y la Iglesia
Amigo de Dios y de los hombres
Ruega por todos nosotros. Amén.
En cada detalle hay un pedacito de nuestro afecto, destinado a ser un recordatorio
constante de que estamos presentes en momentos que nunca se olvidan.
¡Gracias por confiar en nosotros!